Valeria Montoya Giraldo

Estas piezas cerámicas son cuerpos pesados y sin cabeza cuyas corporalidades, formas y composiciones tuvieron origen en las percepciones figurativas y emocionales que he tenido sobre mi cuerpo físico. Muchas veces me he sentido como la arcilla en varios de sus estados, maleable, húmeda, seca, árida, líquida, polvorosa, rota, frágil, pesada y cambiante. Estos cuerpos que en principio fueron barro, pasaron por diferentes estados para ser elaborados y son el retrato de un malestar, una disputa interior, un recogimiento que se muestra a través de tensiones y de cuerpos distorsionados. Son cuerpos que al repetirse hacen el señalamiento sobre la acción circular de transformarse, del ciclo que se repite, un ciclo que da muestra de ese accionar de cuerpos que se enfrentan, se dan la espalda y van en direcciones opuestas. Para mi el cuerpo humano es materia prima de investigación e introspección, entiendo el cuerpo como algo desde lo cual se puede partir para construir otra cosa, y en dónde preguntas sobre lo perecedero, el tiempo y la memoria aparecen.